"El oxígeno hace vino."
– Louis Pasteur
El oxígeno es fundamental en el proceso de maduración y refinamiento del vino.
La microoxigenación es una técnica mediante la cual se libera una determinada cantidad de oxígeno en el vino. Se puede hacer artificialmente, a través de herramientas especiales o de forma natural.
El cocciopesto es capaz de garantizar una administración lenta y continua de oxígeno. La velocidad de la admisión permanece así siempre más baja que su consumo.
El cocciopesto no es un material invasivo y por tanto el producto es capaz de desarrollar plenamente sus características durante el proceso de vinificación y crianza. Gracias a su porosidad, el cocciopesto permite una microoxigenación natural a través de la liberación lenta de oxígeno.
El oxígeno tiene una clara influencia en muchos aspectos del proceso de vinificación y en todo lo que define a un vino. Si la dosis de oxígeno administrada es correcta, es capaz de tener efectos beneficiosos y mejorar el producto final. El grado adecuado de oxidación puede, de hecho, ayudar a estabilizar el color, favorecer la evolución del aroma y suavizar la astringencia tánica. Además, evita la formación de toques de reducción.